Los altibajos durante un emprendimiento pueden ser asombrosos, y las emociones que conlleva una puesta en marcha pueden poner a prueba el compromiso y la determinación incluso del más obstinado de los emprendedores.
Los expertos en emprendimiento afirman que hay cuatro etapas emocionales por las que casi todos los emprendedores pasan en su camino para sentirse completamente cómodos con su nueva vida y carrera.
Esas cuatro etapas (enumeradas en el orden en que la mayoría de los emprendedores las experimentan) se denominan fase de ocupación, fase de segundos pensamientos, fase de dudas sobre uno mismo y fase de “ya lo he hecho”, y aunque los nombres de las fases puedan parecer ligeramente negativos, hay que entender que cada una de ellas está asociada a una serie de emociones, tanto negativas como positivas.
A continuación encontrarás algunas de las cosas que puede esperar en términos de su experiencia emocional durante la primera etapa (la Fase de Ocupación) y cómo hacer frente a esos sentimientos:
Euforia
La euforia es una emoción predecible una vez que consideras el hecho de que acabas de dar uno de los mayores saltos de tu vida.
Es probable que te sientas lleno de energía y confianza porque, a pesar de la multitud de incertidumbres, estás oficialmente en camino de hacer realidad el negocio de tus sueños.
La mayoría de los emprendedores se sienten muy entusiasmados durante esta etapa de luna de miel de su startup.
Su entusiasmo suele ser contagioso, lo que suele traducirse en un mayor apoyo por parte de la familia y los amigos, lo que aumenta aún más la sensación de entusiasmo del emprendedor.
No hay nada malo en sentirse entusiasmado; de hecho, es algo bueno. Simplemente disfrútela mientras puedaa y utiliza tu entusiasmo para impulsarte.
Solitario
Una vez que la emoción inicial desaparece, la realidad empieza a imponerse. Para muchos emprendedores, la siguiente emoción que experimentan es la soledad.
Han abandonado su antiguo trabajo y los patrones que lo acompañaban, y a menudo pueden sentirse como si empezaran de nuevo.
Esto es especialmente cierto si estás empezando tu negocio solo, porque puede ser muy difícil transmitir -incluso a amigos y familiares- los sentimientos que acompañan al espíritu empresarial.
Esto puede agravar tus sentimientos de aislamiento, pero es importante que te niegues a dejar que estos sentimientos te dominen.
El desarrollo de nuevas pautas para tu nueva vida debería ayudarte a superar esta época de soledad. Además, intenta recordar la euforia que sentiste durante las primeras etapas de tu negocio e intenta recuperar ese brillo de alguna manera.
La estrategia para hacerlo puede ser tan sencilla como hablar de tu visión con alguien nuevo, o puede ser tan complicada como revisar y renovar tu plan de negocio.
En cualquier caso, recuerda siempre las razones que te llevaron a independizarte y utilízalas para superar los sentimientos negativos.
Compromiso excesivo con tu emprendimiento
Además de los sentimientos de soledad, es probable que te sientas demasiado comprometido durante esta etapa de tu empresa.
Tus compromisos y obligaciones en términos de tiempo, finanzas y energía personal se van a redistribuir y, a veces, esto puede resultar abrumador.
La mayoría de los emprendedores en esta etapa dicen que a menudo empiezan a dudar de su capacidad para manejar el proyecto que han asumido simplemente porque están muy dispersos.
También dicen que a veces se sienten culpables por descuidar su familia y su vida personal, pero la verdad es que esto es casi inevitable.
Tu nuevo negocio es tu bebé y la mayoría de los nuevos empresarios tienen que aceptar el hecho de que requerirá la mayor parte de su tiempo y energía para ponerse en marcha.
Para combatir los sentimientos de sobrecompromiso y culpabilidad, muchas personas descubren que les ayuda centrarse en una sola pieza del rompecabezas a la vez.
Todo el proyecto puede parecer abrumador, pero separarlo en sus partes y dedicar su atención a una parte cada vez debería ayudarle a avanzar a un ritmo sorprendentemente rápido.
El proceso de poner en marcha tu propia empresa puede tener un verdadero coste emocional, pero si sabes lo que puedes esperar en cada etapa de la puesta en marcha, estarás en mejor posición para afrontar la montaña rusa que te espera en tu nuevo emprendimiento.