Piensa fuera de la caja. Si eres un líder, probablemente hayas dicho esas palabras muchas veces. Y probablemente alguien te haya dicho lo mismo. Pero, ¿alguna vez has explicado cómo pensar fuera de la caja?
Por mucho que nos guste decir “piensa fuera de la caja”, muy poca gente sabe cómo hacerlo.
Además, la mayoría de las personas, incluso los líderes, prefieren quedarse dentro de la caja. Eso es un gran problema, ya que no sólo dificulta la creatividad y la innovación, sino que perjudica los resultados empresariales y, en última instancia, hace que los empleados se sientan desprovistos de poder.
¿Qué es “la caja”?
Para pensar fuera de la caja proverbial, primero tenemos que entender mejor qué es “la caja”.
La caja es, en realidad, un conjunto de comportamientos de las personas, comportamientos que limitan la imaginación y la creatividad.
Estos comportamientos forman las “paredes” de “la caja”, y suelen ser cuatro:
1. Culpar. La tendencia a culpar a los demás cuando las cosas van mal.
2. Quejarse de los problemas. La tendencia a pensar en términos de problemas, y a quejarse de esos problemas.
3. Defensividad. La tendencia a estar en guardia y a adoptar una postura defensiva cuando se está bajo estrés.
4. Mente cerrada. Pensar en uno mismo como un experto, y una falta de interés en puntos de vista nuevos o diferentes.
¿Por qué la gente elige vivir en una caja?
Suena contradictorio que la gente elija encajonarse, pero eso es exactamente lo que hace la mayoría de la gente, y es lo que hacen también muchos líderes.
Hay una razón muy lógica: Vivir dentro de las paredes de la caja puede resultar fácil, cómodo y seguro. Por ejemplo, siempre es fácil quejarse, encontrar fallos y señalar con el dedo.
Estar a la defensiva hace que la gente piense que está a salvo de los ataques. Si mantienes una mente cerrada, te ahorras el esfuerzo y la incomodidad de tener que aprender.
Este es el problema de la caja:
La seguridad es una ilusión. Con el tiempo, amurallarte culpando a los demás puede convertirte en un objetivo.
La actitud defensiva conduce a una cultura en la que nadie asume la responsabilidad. La mentalidad cerrada hará que tus habilidades se degraden con el tiempo porque no te dedicas al aprendizaje activo para mantenerte fresco.
Los líderes que viven en la caja no pueden inspirar la innovación o la creatividad y los resultados empresariales se verán afectados en última instancia. En realidad, la caja es un lugar peligroso.
¿Cómo salir de la caja?
Pensar fuera de la caja requiere cambiar los comportamientos asociados a cada una de las cuatro paredes. Puede pensar en cada uno de estos cambios como una forma de salir de la caja.
Pasar de echar la culpa a la responsabilidad.
Las personas que piensan fuera de la caja se apresuran a dar un paso adelante y asumir la responsabilidad.
Esto puede significar asumir la responsabilidad cuando las cosas van mal o asumir una nueva responsabilidad para hacer frente a una situación difícil.
Pasar de quejarse de los problemas a encontrar soluciones.
Pensar fuera de la caja significa centrarse en lo que se puede hacer con los problemas (por ejemplo, encontrar soluciones) en lugar de dejarse consumir por los problemas.
Las personas que piensan fuera de la caja son implacables en su búsqueda de soluciones y tienen poco tiempo para quedarse atrapadas en las quejas.
Pasar de la actitud defensiva a la responsabilidad.
Aunque la actitud defensiva proporciona una ilusión de seguridad, en realidad, la actitud defensiva no da poder. Te mantiene en una posición reactiva y pasiva, en la que sólo reaccionas a algo que ya ha ocurrido.
Pasar a la responsabilidad te sitúa en una postura activa y te proporciona el poder de influir en el futuro.
Pasa de la mente cerrada a la curiosidad.
Hay un dicho budista que dice: “En la mente del principiante hay muchas posibilidades. En la mente del experto, hay pocas”.
Cerrar tu mente -asumir que eres un experto, sin nada más que aprender- impide la creatividad necesaria para las nuevas ideas.
Las personas que piensan fuera de la caja se vuelven profundamente curiosas sobre lo que no saben, lo que, a su vez, conduce a la creatividad.
Permita que su equipo piense fuera de la caja
Esta es una pregunta que hago a los líderes que quieren pensar más fuera de la caja: ¿Cómo se enfrenta al fracaso? Muchos dicen que el fracaso no es una opción en sus organizaciones y, por desgracia, eso significa que el pensamiento innovador tampoco es una opción.
La creación de una cultura que inspire el pensamiento innovador, un entorno en el que las personas adopten comportamientos para salirse de lo establecido, consiste en última instancia en inspirar a las personas para que se esfuercen y en capacitarlas para impulsar el cambio. Pero el cambio puede ser difícil y peligroso.
Cuando las personas intentan salir de la caja, a veces se quedan cortas y fracasan.
Hay que ofrecer apoyo en esos momentos en los que el cambio es difícil, y ese apoyo tiene que ver con el ejemplo que se da, los comportamientos que se fomentan y los logros que se recompensan.
En primer lugar, piensa en el ejemplo que das. ¿Modelas constantemente comportamientos fuera de lo común? ¿Das un paso al frente y asumes la responsabilidad y la rendición de cuentas, te centras en las soluciones y muestras curiosidad?
A continuación, busca la manera de animar y capacitar a las personas que están dispuestas a salir de la caja. Hazles saber que reconoces sus esfuerzos; ayúdales a perfeccionar sus ideas y a decidir qué riesgos merece la pena asumir; hazles saber que estarás ahí si las cosas se ponen difíciles.
Y lo más importante, ten muy en cuenta qué logros premias. ¿Reconoces sólo a las personas que van a lo seguro? ¿O recompensas también a las personas que están dispuestas a esforzarse, a mostrar comportamientos fuera de lo común y (quizás ocasionalmente) a no alcanzar un objetivo agresivo?