Emprender no siempre es un camino fácil, y no es el camino para todo el mundo. Pero cuando se recorre bien, convertirte en emprendedor puede ser una de las decisiones profesionales más gratificantes y beneficiosas.
Si estás pensando en emprender, ¡felicidades! Estás ante un camino apasionante y gratificante. Pero ten en cuenta que no es para los débiles de corazón.
Por cada beneficio, hay algunos retos. Lleva consigo mucho trabajo duro y la necesidad de comprometerse con el viaje.
Pero, para las personas con espíritu emprendedor y mentalidad decidida, las recompensas del espíritu empresarial son difíciles de resistir.
1. Una carrera gratificante
Para la mayoría de los emprendedores de éxito, todo es cuestión de mentalidad y de allanar su propio camino- Saliendo de un mundo corporativo que no siempre se alinea con tus valores.
Aunque abundan las ventajas para el emprendedor, una de las más importantes es simplemente el hecho de que puedes trabajar en un papel (y un campo) que coincide con tus creencias de una manera realmente gratificante.
Por ejemplo, si eres partidario de la justicia social y la diversidad, puedes trabajar sólo con clientes que estén de acuerdo con esas creencias.
Si te apasiona el medio ambiente, puedes configurar tu negocio para que tenga una baja huella de carbono.
Lo bueno de la iniciativa empresarial es que no tienes que esperar a encontrar el trabajo perfecto que se ajuste a tu moral y tu ética: Puedes crearlo.
Eso en sí mismo es un concepto inspirador.
2. Autonomía en la vida laboral
El equilibrio entre el trabajo y la vida privada y la capacidad de establecer tus propios límites es una parte esencial del trabajo por cuenta propia.
Cuando puedes controlar tu carga de trabajo, tu satisfacción laboral aumenta automáticamente. Manteniéndote así más comprometido con las operaciones diarias del negocio.
3. Experiencia de liderazgo
El proceso de emprendimiento implica mucho crecimiento empresarial.
Las lecciones de liderazgo que aprendes al dirigir tu propio negocio se quedan contigo para siempre. Extendiéndose útilmente a múltiples facetas de tu vida.
Habilidades como la comunicación eficaz, la paciencia, la gestión del tiempo, la planificación fiscal, la elaboración de presupuestos, la autodisciplina, el análisis del coste de oportunidad y otras más sólo pueden aprenderse esencialmente en la “prueba de fuego”.
Las lecciones aprendidas (y la aplicación de las mismas) al dirigir tu empresa son de un valor incalculable, tanto a nivel profesional como personal.
4. Trabaja desde cualquier lugar
Tu carrera profesional es una parte importante de lo que eres, por lo que debe ser gratificante y, en general, no aburrida.
Es probable que ya hayas sentido la monotonía de la vida en la oficina. Por lo que reconoces que la sensación de entusiasmo y pasión en tu trabajo no es poca cosa.
Como emprendedor, no está obligado a la monotonía diaria de los desplazamientos al trabajo, ni tiene que hacer las mismas cosas a las mismas horas todos los días.
Incluso puedes elegir trabajar desde otros lugares que no sean una aburrida mesa de oficina: tu casa, un café, el parque o incluso en la carretera mientras te tomas unas vacaciones laborales.
Si estás pensando en emprender, es probable que ya estés conectado para apreciar un ritmo más rápido y lo inesperado.
No hay nada peor que la monotonía en su libro, y ser dueño de su propia empresa elimina lo predecible de inmediato, gracias a su naturaleza inherentemente dinámica y progresiva.
5. Control de la empresa
Aunque ciertamente hay muchas incógnitas imprevisibles sobre la naturaleza del espíritu empresarial, la belleza -y la ironía- es que en realidad tienes mucho control.
Se trata de tu empresa, así que puedes tomar las decisiones clave. Desde a quién contratar y qué clientes tomar hasta cómo fijar el precio de tus servicios (o bienes). Qué asociaciones buscar y cuáles deben ser tus objetivos trimestrales y anuales.
Hay mucha libertad en poder establecer el tono y los detalles de tu trabajo.
En lugar de ser un engranaje en la rueda jerárquica de una corporación, tus ideas pueden ser protagonistas y marcar la diferencia.
Es increíblemente gratificante ver cómo las semillas que has plantado se convierten en algo exitoso.
6. Horario flexible
Puede que Dolly Parton haya hecho que el horario de 9 a 5 suene soportable (y tarareable). Pero seamos sinceros: Es una vieja queja para la mayoría de nosotros.
Establecer tu propio horario te permite salir de las trampas tradicionales de empezar a trabajar a las 9 de la mañana y hacerlo hasta las 5 de la tarde. Para que puedas adaptarte a tu vida personal, a tu familia, a las necesidades de tus clientes e incluso a tu salud mental.
Tal vez seas más productivo cuando trabajas en tramos de dos horas con un gran descanso entre ellos. O tal vez algunos días no necesites ocho horas completas.
Quizás hayas comprobado que trabajar para llenar el tiempo es en realidad menos productivo. La flexibilidad de dirigir tu propio negocio te permite ajustarte según sea necesario.
Centrarse en los resultados en lugar de mirar el reloj aumentará la felicidad, la calidad del trabajo y el rendimiento.
Y, sí, habrá días en los que la actividad empresarial requerirá largas horas de trabajo, que le llevarán más allá de la marca de las 5 de la tarde.
Sin embargo, incluso cuando trabajes largas noches, estarás construyendo algo propio en lugar de la monotonía de llenar una cuota.
7. Construir una red beneficiosa
A menudo se cita “No es lo que conoces, sino a quién conoces”, y con razón. Entrar en el mundo empresarial significa ampliar su red profesional.
Las conexiones que establezcas pueden fortalecer tu marca al ampliar el grupo de clientes potenciales y conocer a personas que simplemente te ayudarán personalmente.
No existe la posibilidad de conocer a demasiada gente buena.
8. Orgullo y satisfacción
Al fin y al cabo, es importante estar orgulloso de tu trabajo y sentirte bien con lo que haces. Ya que eso es lo que te hará seguir adelante.
Sentirse realizado al ver que algo que has conceptualizado y construido se hace realidad es una sensación increíble.
Ser capaz de devolver algo a tu comunidad, a la economía local, a tus empleados, a tu familia y más allá es una sensación muy especial.
Ser emprendedor significa que eres un solucionador de problemas por naturaleza. Y la satisfacción de ver cómo tu trabajo honesto resuelve esos problemas es una experiencia única para los emprendedores.
El amplio y maravilloso mundo del emprendimiento
Nada que merezca la pena es fácil, así que, sí, ser emprendedor requiere tiempo, trabajo y dedicación. Pero si decides lanzarte a esa carrera, las recompensas y los beneficios que aporta no tienen precio.